viernes, 17 de agosto de 2012

Espadas del Emperador

Un avance exclusivo del nuevo omnibus de Chris Wraight



Todo el mundo adora un buen desafío, ¿no? Ya sea un duelo de espadas, una justa o tan solo dos alborotadores teniendo una pelea de puños en un bar, un enfrentamiento entre combatientes individuales siempre es emocionante. Chris Wraight lo cree así, y ha escrito una historia corta completamente nueva incluida en el omnibus Schwarzhelm y Helborg: Espadas del Emperador [Schwarzhelm and Helborg: Swords of the Emperor], el cual recopula sus famosas novelas Espada de la Justicia [Sword of Justice] y Espada de la Venganza [Sword of Vengeance] (por supuesto todo en inglés, y dudo que se vea algo en español). Aqui teneis a Ludwig Schwarzhelm preparándose para batirse en duelo con un caballero de Bretonia.

Helborg desenfundó su espada. Esta abandonó su funda con un silbido, y la hoja resplandeció fría a la pálida luz de la mañana.
"Vizconde d'Alembençon", dijo Helborg, inclinado su cabeza un cuarto.
El vizconde desenvainó su propia espada. Cuando salió a la luz, un débil brillo dorado se desprendió de la boca de la funda.
"Mariscal del Reik" repondió d'Alembeçon.
La voz del hombre sobrenatural, como si estuviera alterada por algo. Incluso con estas pocas palabras, la resonancia era de lejos más profunda, más rica que la de debería ser la de un hombre mortal.
 

Los ojos de Helborg se cruzaon con la vistosa librea del Bretoniano. Recordó algo sobre sus leyendas -historias de un grial, misiones y bendiciones de la deidad que llamaban la Dama.
Por primera vez se preguntó si debería haber prestado más atención.
"Estais obligado por vuestra palabra de honor" dijo Helborg, aferrando la empuñadura de su propia hoja. "Hasta la muerte, y el ejército del vencido se retira del campo. ¿Acepta estos términos?".   
D'Alembeçon asintió. Incluso ese ligero gesto estaba impregnado con alguna extraña cualidad indefinible. Era como si el hombre estuvera animado por brujería sutil, haciendo que cada uno de sus movimientos fuera más sueva y más decidido de lo que debería haber sido.
"Acepto", dijo d'Alembeçon y adopto la posición de en guardia.


¿Se ha encontrado con su igual el Mariscal del Reik? Descúbrelo leyendo Deber y Honor [Duty and Honor] en Schwarzhelm y Helborg: Espadas del Emperador, que se publicará a finales ee año (repetimos en inglés).

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