Continuamos jugando a través del nuevo libro de Camino hacia la Victoria, Bajo la Ciudad del Lobo Blanco.
El otro día optaron por sanar al anciano moribundo en lugar de guardar uno de los paquetes curativos para ti mismo. Vemos si es recompensada la caridad...
Administras tu Paquete Curativo al anciano y parece calmarse un poco. Le preguntas su nombre, y revela que es Hanz, ciudadano de la diminuta aldea. Le preguntas que ha pasado aqui y sus ojos se llenan de lágrimas.
"Llegaron aullando y rugiendo desde el bosque", responde Hanz, mirando hacia el vacío mientras recuerda la batalla terrible. "No teniamos ninguna posibilidad, pero dimos batalla, de eso no hay duda. Fue su chaman el que acabo con nosotros. Mientras los hombres luchaban valientemente lanzó su conjuro, pronunciado en un dialecto maligno y desencadenando una pestilencia mortífera. Consumió todo a su paso, pudriendo la carne hasta los huesos. Sólo yo conseguí ocultarme antes de que comenzase la masacre...".
Se va apagando poco a poco, y te das cuenta de que Hanz ha presenciado más horror que cualquier anciano debería soportar. Dandole una palmada en el hombro, dejas que el anciano se marche, pero de repente agarra tu muñeca.
"Toma" dice, poniendo algo en tu mano. "Acepta esto".
Observas tu mano y ves una pequena estatua con forma de cuervo. Es una representación de Ranald, el dios embaucador de la suerte.
Anótalo en tu Ficha de Aventura como un Objeto de Mochila.
Con nada más que ver aqui, tú y el resto de tropas del estado abandonais a Hanz y la aldea tras vosotros.
Seguis el rastro de huellas desde los restos quemados de la diminuta aldea. Se adentran aún más en el Drakwald, y tú y tus hombres permanecies vigilantes, esperando un ataque a cada paso del camino. Finalmente el rastro se divide, con algunos hombres bestia dirigiéndose hacia las tierras altas al norte, mientras que otras se adentran más profundamente a lo largo del camino del bosque hacia el este.
(Optamos por ir al norte -estabamos dispuestos a matar algunos del suicios por el Caos)
Mientras sigues el rastro de los hombres bestia, el bosque lentamente asciende hacia las Colinas Piedranegra. Te mueve a través del Drakwald durante varias horas, persiguiendo a los hombres bestia hasta que el cielo comienza a oscurecerse. A medida que tus miedos sobre una emboscada comienzan a crecer, uno de tus batidores aparece sin avisar delante vuestro. Te dice que los hombres bestia están acamapados en un valle poco profundo a poco más de una legua de distancia.
Tus hombres avanzan y finalmente puedes oir las voces bestiales de las criaturas resonando a través del bosque. De repente la furia comienza a arder en tu interior, y desenvainas tu espada, anticipando rápidamente la batalla que te espera por delante. "¡Por el Graf, y por Middenheim!" gritas, espoleando a tu caballo adelante hacia el claro. Uno de los hombres bestia reacciona rápidamente, cargango hacia tí con un rugido bestial, pero le matas velozmente. A tu derecha los arcabuceros de Middenheim forman una fila apretada, apuntando con sus armas hacia la sorprendida hueste de hombres bestia. Las viles criaturas del Caos rugen de furia, preparándose para cargar. En su flanco derecho, un hombre de bestia con capucha alza de repende su bastón, su extremo adornado con los huesos de sus vícitmas. Es el chamán del rebaño, preparándose para lanzar un conjuro.
¿Quieres ordena a los arcabuceros que disparen contra el chamán?.
¿O en su lugar descargan una ráfaga contra la masa que carga de hombres bestias?.
Chico ahora estamos en problemas.
Veremos que decide la gente que hará nuestro héroe en la página de Facebook, pero la elección equivocada puede ser mortal.
El otro día prometieron algunos ilustraciones. Aqui teneis un par -Un poderoso Ogro Rata y un Campeón del Caos de la talentosa mano de Karl Richardson..
Regesa manaña para el último día de nuestro juego a través de Bajo la Ciudad del Lobo Blanco y ver si nuestro héroe derrota a los malvados hombres bestia o muere a sus garras...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario