Os dejamos con un resumen de la historia, que no es bueno olvidar que alguna vez pasó esto en este país. También aconsejamos que leais Homo Ludens, articulo de Perez-Reverte donde iba contra la opinión general.
Carlos Moreno, la victima |
El propio suceso, bautizado como «el crimen del rol», dio inicio a una tendencia periodística por relacionar todo lo concerniente a estos juegos con patologías criminales. Las asociaciones de jugadores de rol culparon entonces a los medios de comunicación de haber desprestigiado sus actividades debido a su ignorancia inconsciente o deliberada de estos temas y el poco interés por realizar una investigación seria y objetiva de los mismos, a menudo prefiriendo exagerar los hechos y utilizando fuentes no contrastadas o simples rumores.
Posteriormente otros sucesos, como asesinatos, profanaciones o vandalismo ritual, serían relacionados con los juegos de rol, de forma sistemática por desconocimiento o por simple sensacionalismo.
La noticia se extendió entre los medios de comunicación como un reguero de pólvora. Un artículo denominado Una Necrosis similar, escrito por Rafael Torres y publicado por el periódico El Mundo el 9 de junio de 1994, afirmaba que estos juegos producían «necrosis fulminantes en los tejidos de la cabeza y del corazón, aparte de desprecio por la realidad e ignorancia», afirmando además que promovían la psicopatía.
No se tomaron en cuenta las declaraciones del propio Javier Rosado en las que declaraba no tener interés por el juego de rol: «El rol me repugna. Sólo he jugado a Razas. Es un juego inventado por mí, en el que no interviene el azar. Por eso se juega sin dados. Es un juego de estrategia. El tiempo no existe, el acto carece de importancia, eso da igual, la persona carece de importancia».
Javier Rosado, autor y cabecilla del crimen |
A pesar del artículo de Rafael Torres y de otros artículos de diferentes autores, hubo otros investigadores como el periodista Carlos Berbell y el criminalista Salvador Ortega que excluyeron la responsabilidad de los juegos de rol en el crimen, defendiendo la hipótesis de que Javier Rosado era un asesino frío y sin remordimientos ni conciencia, que no había sido influido por ningún otro factor. Por otra parte, tanto la familia de Carlos Moreno como el Tribunal Supremo rechazaron la hipótesis del juego de rol para enmascarar la psicopati de los asesinos.
En última instancia de los detenidos sólo uno muy ocasionalmente había jugado a rol, mientras que el inductor, Rosado, declaro que sólo había jugado una partida en su vida y renegado de ello. La muerte de Carlos Moreno no estaba vinculada al rol, sino que fue consecuencia de las ansias de matar de Javier Rosado, una persona arrogante y sin escrúpulos y de la fragilidad de voluntad de su mayor adulador, Félix Martínez, que le obedecía en todo lo que preparaba.
Aunque a pesar de las pruebas aportadas las ideas de la influencia de los juegos de rol en el crimen perdían peso por sí mismas, transcurrieron casi cinco años desde el asesinato hasta la sentencia del Tribunal Supremo, en el que varios medios de comunicación emprendieron su particular cruzada contra este tipo de juegos. Asimismo, varios directores de cine trataron de aprovechar el fenómeno mediático de los juegos de rol para crear varias películas donde se utilizaban los tópicos sensacionalistas, como Nadie Conoce a Nadie de Mateo Gil, o Jugar a Matar, de Isidro Ortiz. Esta última fue realizada para la televisión y se inspira directamente del caso de Javier Rosado y Félix Martínez.
Pues yo creo que es mejor no remover toda la mierda que vertieron sobre los juegos de rol, pero bueno..
ResponderEliminarEs curiosa la cerratura del círculo, ahora vivo justo al lado de ese lugar donde se cometió el crimen y es donde precisamente cojo el autobús para ir a trabajar :S
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