Pues eso, ayer se puso en marcha el mecenazgo, otra vez a través de Verkami, de
Walhalla: El Juego de Rol. El objetivo, conseguir 13800 euros y hoy ya van por los 8600. Como siempre, en los proyectos que contribuimos (y con este ya van unos 50 entre nacionales e internacionales) os dejamos con la descripción del proyecto por si quereis colaborar.
Walhalla es el juego de rol de la
Plena Edad Media.
Por él desfila el crisol de civilizaciones que convivieron y se
enfrentaron en Europa, Próximo Oriente y Norte de África entre los
siglos IX y XII. De todas ellas, la nación de los antiguos escandinavos
ocupa un lugar preferente en nuestro manual: es en compañía de los
vikingos como el jugador de Walhalla se introduce en un mundo de
aventuras prácticamente ilimitado. Más información detallada en
www.walhallarol.com.
Walhalla es un
proyecto coral que va mucho más allá
del voluntarismo de un grupo de aficionados al rol. En Walhalla han
trabajado activamente profesionales de la historia medieval, como
Laia San José (The Valkyrie´s Vigil) o
Alberto Robles (Universidad de Granada), músicos como
Kiko Moya, recreacionistas vikingos de la talla de
Clan Hávamál, fotógrafos como
Manuel Velasco o
Patricia Bueno, filólogos como
Mariano González Campo y artesanos como
Mami Neria,
El Artesano del Rey o
Carmen Garrido, por citar solo a algunos de ellos. Además, el proyecto cuenta con la colaboración de
Ricard Ibáñez y otros ilustres autores del panorama rolero nacional.
Walhalla no funciona mejor ni peor que otros juegos de rol, pero sí
resulta distinto. Lo primero que lo hace especial es estar basado en
TOTUM REVOLUTUM (“TR”), sistema de reglas que ofrece la posibilidad de
confeccionar un mecanismo de juego a gusto de cada grupo de jugadores. on
TR se puede optar por el equilibrio entre realismo y
complejidad que se considere más oportuno. Los amantes de la fiel
simulación de las acciones a buen seguro adoptarán la mayor parte del
paquete de
reglas optativas que propone
TOTUM REVOLUTUM advanced (“TRa”), mientras que a los jugadores que prefieran disminuir el realismo de sus partidas en aras de una mayor agilidad puede que
TOTUM REVOLUTUM basic (“TRb”) les parezca suficiente. De esta manera Walhalla proporciona las herramientas adecuadas para diseñar un
sistema de reglas a medida. Su
TRb
también permite adentrarse de una manera muy sencilla en el universo de
Walhalla para luego, si se desea, incrementar el grado de complejidad
añadiendo reglas más precisas y detalladas de
TRa.
Walhalla aborda la reconstrucción del universo medieval desde la premisa de la
veracidad,
no desde los falsos tópicos que tanto se han difundido sobre los
hombres del Norte. Habría resultado más fácil llevar a cabo un proyecto
menos ambicioso, más efectista, con enormes vikingos cornudos saqueando,
violando y matando a diestro y siniestro. Al fin y al cabo esa es la
peculiar manera de interpretar a sus personajes que exhibe una minoría
de jugadores de rol. Justo al contrario,
Walhalla renuncia a quedarse en la caricatura colorista de un universo tan amplio como el de la Plena Edad Media. Sus creadores han entendido que eso sería desperdiciar una oportunidad aún no explorada por manual alguno. Y es que las
posibilidades que ofrece una ambientación verdaderamente plenomedieval son
extraordinarias
para un juego de rol: esa es la razón última de la redacción de
Walhalla y de que un día puedas hojear sus páginas con tus propias
manos.
Si
el mundo de los vikingos es tan sumamente rico para un aficionado al rol o a la historia,
si encierra maravillosas posibilidades, es fácil imaginar lo que puede
ofrecer proyectar ese ámbito a una escala mucho más grande, hasta
convertir a Walhalla en el juego de rol de la Plena Edad Media.
El límite solo lo establece el jugador.
Pero lo cierto es que los vikingos no entendieron de límites ni de
fronteras. Para ellos todo país resultaba pequeño, todo mar un lago,
toda batalla una simple escaramuza.
Los vikingos llegaron a casi todos los confines del mundo, descubrieron América 500 años antes que Cristóbal Colón e interactuaron con un catálogo inacabable de culturas y gentes. Ese
espíritu de permanente aventura es, al cabo, el mismo
espíritu de Walhalla.
Walhalla se presenta en una edición de
esmerada factura y tamaño
DIN-A-4. De entrada el volumen va en
rústica y con un mínimo de
30 páginas a color, aunque dos
stretch goals de nuestro crowdfunding tienen por objetivo dotar al manual de
tapa dura y de
todo color desde la primera a la última página. El libro tiene unas
350 páginas impresas en papel de gramaje superior y cuenta con
abundantes imágenes realizadas por fotógrafos, artistas e ilustradores de primera línea como
María Emegé,
Fran Cózar,
Patricia Bueno y
Manuel Velasco, entre otros.
Como siempre teneis varios niveles de aportación, desde 5 euros (Cuchillo Knifr) a 1000 euros (Espada Ulfberht). Lo suyo son los 120 euros (Martillo de Combate).